Cuando era apenas una bebé, Tama fue encontrada por una familia de nekomatas (espíritus felinos) en el templo del bosque en el que estos habitan. Tras ser llevada al mundo de los dioses, la beba fue adoptada “legalmente” por la familia de gatos y criada como uno de ellos.
Cuando era apenas una bebé, Tama fue encontrada por una familia de nekomatas (espíritus felinos) en el templo del bosque en el que estos habitan. Tras ser llevada al mundo de los dioses, la beba fue adoptada “legalmente” por la familia de gatos y criada como uno de ellos.